23.08

 
GOTHAM CITY: AÑO UNO. Tom King, Phil Hester, Eric Gapstur, Jordie Bellaire. Sin saber nada de ella, sin mirar la portada, en una primera lectura tomaríamos a esta obra por un nuevo trabajo de Ed Brubaker. Así de atípica es esta historia en el canon de Tom King, sin nada de lo que le caracteriza... o casi. Aborda aquí el género negro avant la lettre, con una ciudad de Gotham que, en sus primeros tiempos, parece una brillante manzana, pero que por dentro está podrida de gusanos. Están presentes, claro, las habituales en King preocupaciones sociales de actualidad, en este caso con el transfondo del racismo. ¿O es al revés y es una historia sobre el racismo con el decorado de Gotham y la mitología de Batman? No presta tanto su acostumbrada atención a la forma como a hacer guiños cómplices al fan, incluso sólo con pequeñas insinuaciones de pasada. Es muy astuto. King toma la mitología de Batman y le da un origen a todo, un verdadero año uno con Robert Mitchum en el papel se Slam Bradley. Desfilan el Callejón del Crimen y la geografía de Gotham, el nombre de Bat-Man y su cueva, su apodo como el mejor detective del mundo y el Tribunal de los Búhos, la presencia de Catwoman y la soterrada corrupción policial... nada queda al azar. Y con el santo valor de medirse con un título mítico en el personaje como es Año Uno. Cada vez es más evidente que, aún con los pies asentados en el pasado, Tom King está escribiendo su propia Historia, con mayúsculas, de Batman. Desde el origen hasta el definitivo final. Y, como tal, suya e independiente, es muy grande. La ironía suprema del desenlace de este Año Uno, la gran revelación que no acaba de llegar, pero que se atisba. El origen de Batman, de la degeneración de la ciudad del Gotham, hasta del mismo Joker... ¿trastoca todo lo que conocemos? ¿Y qué, si lo hace tan bien?.
 
RECKLESS: EL FANTASMA DENTRO DE TI. Ed Brubaker, Sean Phillips, Jacob Phillips. Cada vez que aparece un nuevo libro del dúo Brullips pienso en Paul McCartney. Y en Bob Dylan. Y en Van Morrison. Y en Neil Young. Y en todos esos músicos que llevan extensas y exitosas carreras a sus espaldas, sacando un disco magistral tras otro durante décadas hasta que llega el momento en el que sólo es "otro disco más". Es bueno, sí, pero ya no dice nada nuevo, no aporta nada. Si fuera el primer disco de un artista debutante, estaríamos dando saltos de emoción y cantando sus alabanzas a todos los que quisieran escuchar. Sin embargo, ahora sólo es "el disco nuevo de". Pero ay, si el músico en cuestión prueba algo nuevo. Entonces tampoco es suficiente porque eso no es él, ha cambiado y no lo reconocemos. Así que, sea lo que sea, mal. Mal si hace lo mismo de siempre, porque es lo mismo de siempre. Y mal si prueba algo nuevo porque no es lo que esperábamos. Y entonces me digo: "Pero ¿qué puñetas estás escribiendo? ¡Quiero saber más de Ethan Reckless y de sus amigos y su mundo! ¿Parece que Brubaker y Phillips han levantado un poco el pie últimamente? Pues puede que sí, pero ¡yo qué sé! ¡Vamos, Ed, vamos!
 
LAS MUCHAS MUERTES DE LAILA STARR. Ram V(enkatesan), Filipe Andrade. Quizá hayan visto La Muerte en Vacaciones, una exquisita película de 1934 y que se rehizo como ¿Conoces a Joe Black?, uno de los pocos patinazos de Brad Pitt. Más probable es que hayan leído Daytripper, el maravilloso tebeo de los hermanos Fábio Moon y Gabriel Bá que algunos nos desgañitamos por ensalzar cuando se publicó en 2010 y que sigue sin obtener todo el reconocimiento que se merece. Con los espaldarazos que lleva Las Muchas Muertes de Laila Starr, cómic heredero de las obras antes mencionadas, y su atareado guionista, Ram V, tal vez no sea necesario tamaño esfuerzo esta vez. Igual de filosófico, con la misma espiritualidad, pero mucho más desenfadado y apoyado en el trazo tremendamente versátil de Filipe Andrade, Ram V es un hábil observador y sus guiones tienen un pulso literario en la escuela de Neil Gaiman. No en vano este Laila Starr parece hijo del primer Vertigo, de casi antes de que se imprimiese este sello. Y allí podría encajar. Benjamín Franklin dijo que sólo había dos cosas seguras: la muerte y los impuestos. Bueno, quizá para los norteamericanos sea así. Y lo menciono porque a esa frase se hace alusión de pasada durante la historia. También dijo Jonathan Hickman que todo vive y todo muere. Y Laila Starr nos dice que sólo apreciamos la vida porque existe la muerte. Por muy dura y muy sucia que sea, por muy dolorosa y terrible, todos nos aferramos a la vida porque también es hermosa y preciosa. Sea lo que sea lo que tenemos, lo queremos y no queremos perderlo. Laila Starr nos apela a parar un instante, a hacer una pausa y pensarlo. A darnos cuenta de forma consciente del valor de estar vivos. Tenemos fecha de caducidad y no está tan lejana, a ver qué hacemos con lo que nos han dado. Y sí, tal vez sea un mensaje simplista, sí. Y ya lo sabemos, sí, pero a todos nos hace falta que nos lo recuerden. Y yo les recuerdo que lean Daytripper, que sigue siendo una historia, un tebeo y una reflexión mucho mejor, mucho más profunda que esta de Laila Starr y de Ram V.