11.22

BLACK HAMMER: EL RENACER, VOL. 1. Jeff Lemire, Caitlin Yarsky, Dave Stewart. El culebrón Black Hammer por fin encara su recta final. Y ya era hora. Jeff Lemire parece recuperar la forma haciendo lo que mejor sabe hacer, utilizar un marco de ficción para hablar de los temas que le interesan: la familia, las relaciones personales, los perdedores, el ser humano abatido por las circunstancias de la vida, los ideales traicionados y corrompidos, la culpa y el remordimiento, y el eterno círculo de los hijos que luego son padres y cómo su visión de la vida cambia con ello. Y homenajes, muchos homenajes, todo ello con un aire de nostalgia. Pero no nos cabe duda de que al final habrá espacio para la redención y la esperanza. Parecía que ya no sería posible, pero este nuevo capítulo de Black Hammer abre una puerta muy interesante, una intriga que nos vuelve a hacer querer que continúe un poco más. Lemire va cerrando tramas y cabos sueltos mientras refuerza su aguda disección de los tebeos de superhéroes para el siglo XXI, poniendo de manifiesto lo que puedan tener de desagradables o crudos, como el reverso oscuro de Los Increíbles. Pero, ¿por qué demonios no vuelve a dibujarlo Dean Ormston?
 
SPIDERWOMAN. Dennis Hopeless, Javier Rodríguez et al. Estos fueron los años gloriosos de la Marvel indie. Los del Silver Surfer de Slott y Allred, el Ojo de Halcón de Fraction y Aja, y la She-Hulk de Soule y Bobillo. Por el estilo, las intenciones y el origen de los autores, estos tebeos ofrecían una experiencia alternativa al mainstream que había copado los últimos años. Criados con la Marvel de los 60 y los 70, de algún modo, recuperaban a los superhéroes con superproblemas cotidianos, la luminosidad y la alegría, siempre mirando a la realidad a través de la ventana y firmemente asentados en su actualidad. Las historias de Hopeless y Rodríguez fluyen sin necesidad de arrastrar la trama, integradas sin que los eventos y los crossovers molesten demasiado, y nos devuelven el placer de leer un tebeo. Es una Spiderwoman más callejera, que combate a villanos de segunda, con los pies en la tierra y menos delirios cósmicos (aunque también). Pero, sobre todo, es un personaje distinto, lleno de matices, en una situación no vista antes ni de esta manera en un tebeo de superhéroes: el embarazo y el puerperio. Se tratan aquí temas como la conciliación laboral con la maternidad, las relaciones sociales y el amor; las relaciones tóxicas y la violencia intrafamiliar. Con cada episodio, Javier Rodríguez se divierte cada vez más planificando las páginas, explorando las posibilidades narrativas y dando una lección de inquietud y profesionalidad. Y todo fluye de manera orgánica hasta un desenlace maravilloso, tierno y muy humano.
 
CROSSOVER, VOL. 2. Donny Cates, Geoff Shaw, Dee Cunniffe et al. Nos gustan los tebeos. Nos han gustado desde que aprendimos a leer. Nos gustan de todos los géneros y estilos. Muchos aprendimos a leer con ellos. Para unos cuantos, incluso, son lo que más nos gusta en el mundo. Los amamos. Importan. También es una afinidad electiva que delata nuestra edad. Donny Cates es uno de los nuestros. Sabe que, en un mundo de redes sociales y plataformas televisivas, los lectores somos una minoría. Y que los lectores de tebeos somos una minoría dentro de una minoría. Sabe que el coleccionismo de tebeos se ha convertido en bibliofilia y casi en un deporte de riesgo. Y sabe que los eventos y, sí, los crossovers nos provocan burbujeos de excitación y al mismo tiempo son un grano en salva sea la parte. Por eso ha creado un universo en el que la ficción comiquera ha irrumpido en la realidad y sus personajes pululan entre nosotros. Donde los cómics se convierten en lo más importante, todo gira en torno a ellos y, por lo tanto, mueven a extremismos. Si quieren buscar ustedes una alegoría sobre la intolerancia y los tiempos polarizados que nos han tocado vivir… bueno, está ahí. Si lo que quieren es revolcarse en la pura diversión sin pretensiones con todos los guiños, chistes y referencias que hay literalmente desde la primera viñeta en todas y cada una de las páginas, pues también. Esta es una obra para nosotros, que llevamos décadas atesorando ejemplares, comprando una y otra vez nuevas ediciones de lujo de los tebeos mal impresos en mal papel que leímos de niños. Con personajes y autores de cómics asomando a lo largo de la serie para hacer cameos y protagonizar páginas, muchas veces colaborando en su misma creación. Todo terriblemente divertido si estás en el ajo. Alambicado y complejo, Cates ha dedicado mucho tiempo a pensar en la estructura, a emplear este cómic como elemento catártico que le ayude a sanarse. Todas las claves, todas las estratagemas de los cómics, de su génesis, del universo que componen, están presentes. Una mirada a las tripas con desenfado y con ironía no exenta de amargura. Una reflexión, en definitiva, sobre sí mismo como autor y sobre el hecho de escribir, sobre cómo afecta eso a su vida y cómo se refleja en ella. Y el lector, que conoce los entresijos, obtiene la satisfacción del mirón que echa un vistazo a través de un enorme agujero en el muro. Engrandecedor y desmitificador a la vez, Crossover es un tebeo del que casi es mejor hablar lo menos posible porque las sorpresas asaltan en cada página. Y siendo lo más meta que hay, Cates se ríe (con cariño, creo) de todo lo meta para, al final, echarle desvergüenza y una carcajada. Una más de tantas y tan lúcidas en una serie llena de carcajadas y desvergüenza.
 
EL ASESINO. Alexis Nolent "Matz", Luc Jacamon. Envuelta en un dibujo electrizante, dinámico y muy atractivo, llega esta perfecta serie de género negro irresistiblemente adictiva y conducida por un personaje amoral, protagonista absoluto, con el que es imposible empatizar, pero quizá sí dar un respingo de reconocimiento con sus cínicas reflexiones. Un psicópata y un misántropo rodeado de gentuza, un asesino a sueldo sin nada del glamour ni el brillo de las películas de James Bond, con un aspecto, un rostro y una expresión que son todo un hallazgo. Tras adentrarnos en su vida y peripecias, la trama se va enrevesando paulatinamente hasta alcanzar ramificaciones políticas con los entresijos del poder establecido. A pesar del constante monólogo interior, El Asesino es una lectura ágil, sabrosa y muy recomendable que nos hace vernos reflejados en nuestro reverso oscuro. O posiblemente sea por eso mismo.
 
VIAJERO DE GRIS. Carlos Trillo, Alberto Breccia. Nueva colección imprescindible de relatos ilustrados por el Maestro Breccia. Historias herederas de Mort Cinder, melancólicas, evocadoras, metafóricas, sugerentes, que encuentran la belleza en la fealdad. Páginas oníricas y fantásticas, como cuentos infantiles siniestros, que reivindican la imaginación como la única forma de escapar a la época que le tocó vivir. Visiones preñadas de alegorías que abundan en la denuncia de la injusticia y la defensa del antimilitarismo como oposición al totalitarismo. Los guiones de Trillo, secos, de diálogos escuetos y concisos con un hálito poético, cobran vida en este festival de técnicas artísticas y narrativas. Un compendio de todas las experimentaciones del dibujante, con imágenes como puñetazos, cada página es un hallazgo inefable que el lector ha de experimentar por sí mismo. Y es que la obra de Breccia es inigualable, irrepetible. No hubo nadie antes como él ni lo ha habido después. Y Viajero de Gris es uno de los trabajos más hermosos, más definitorios, de la carrera ejemplar de un genio único, genuino. Un verdadero creador que derribó barreras a patadas.