23.12

 
EL SEXTO REVÓLVER, VOLUMEN 6. Cullen Bunn, Brian Hurtt, Bill Crabtree. La mejor obra de Mr. Bunn, junto a Harrow County, es una mezcla de western y horror cósmico que funciona, perdonen el chascarrillo, como un tiro. Es apropiadamente extensa y, por lo tanto, inmersiva; con personajes inolvidables perfilados con mimo; con subtramas que fluyen y confluyen dándole un fondo y un lore al universo que crean los autores. Tan electrizante como un episodio de la AIDP de Mignola, con el pellizco de emoción de Y: El Último Hombre, con los buenos mimbres de un dibujo personal y resultón. No le cambiará la vida a nadie, pero proporcionará horas de placer.
 
HISTORIAS NEGRAS. Alfonso Font. El arte de Alfonso Font es excelso y en él reside la importancia de este rescate. Eso es todo. Es uno de los grandes de la invasión española de los 70 y los 80 del pasado siglo, la cuadra de Selecciones Ilustradas de Josep Toutain. Los guiones, suyos, son una sátira esperpéntica tras otra, el conjunto de topicazos más o menos acertados propios de la época de la Transición en la que se publicaron y que ahora están volviendo como los zombies hambrientos de cerebros: anticapitalismo de brocha gorda, antimilitarismo con bigotillo de Pinochet, anticlericalismo con monjas avinagradas y curas orondos, familias tradicionales en las que campa la hipocresía, niños famélicos con el puño en alto y jocosos progres con melenita salidos de una película de José Sacristán. Críticas a aspectos de una sociedad en los que, vistos en perspectiva, estas mismas historietas incurren. Cuando está más lúcido y/o sutil, mete certeramente el dedo en la llaga; cuando no... pues eso. Tufillo a naftalina aparte, podría haber prescindido del coloreado moderno (¿para qué puñetas?), de las 12 páginas con textos de gente variada que aportan más bien poco, de las 12 páginas con muestras sueltas de toda la obra de Font (¿para qué queremos una plancha de El Prisionero de las Estrellas o una de Clarke & Kubrick?), de las 13 páginas de bocetos e ilustraciones y de las 4 páginas con fotos del dibujante. ¿En serio?
 
THE NICE HOUSE ON THE LAKE. James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno, Jordie Bellaire. He aquí una historia de amor. Una historia de amor romántico, puro. Y, por lo tanto, egoista. El amor siempre es egoista. YO te amo, YO te necesito, qué va a ser de MÍ sin ti. Una historia de amor, además, adolescente. Eso es lo que le pasa al personaje que es el hilo conductor de la historia. Un ser que está solo, aislado, primero en el instituto y luego en la universidad. Que va teniendo esos amores locos, apasionados, que tenemos todos cuando estamos en plena formación y estamos descubriendo el amor. Que se olvida de que es un científico y de que tiene una misión. Porque quiere preservar a cada una de las personas de las que se ha enamorado. Y para ello las manipula, para que puedan encajar dentro de las necesidades de su proyecto. Por eso es un amor puramente romántico, porque no tiene nada de sexual. Tan repulsivo como resulta su cuerpo para nosotros, así debe de resultar nuestro cuerpo para él. Y, sin embargo, se enamora de las personas, le da igual que sean hombres o mujeres. Por eso se declara bisexual, por eso hay tantos hombres gays en el grupo que ha reunido, por eso hay una mujer trans, por eso son de diferentes razas. Él se ha enamorado de las personas. De ese grupo de hipsters algo superficiales, algo repelentes, algo insoportables como lo son los adolescentes. Porque es esa colección de flechazos adolescentes la que quiere preservar. Juntos, para él, para siempre. Y por eso todo termina de manera chapucera, como terminan todos esos egocéntricos amores desgarrados de juventud.