Mayo 2025.

LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN TORREZNO, VOL. VI.: LA ÚLTIMA CURDA. Santiago Valenzuela. Astiberri. Un abigarrado universo sin igual fruto de una mente desbordante, obsesiva, donde se encuentran Den, Luther Arkwright, Cerebus y los tebeos de Bruguera en los bares de un barrio de Madrid. Creado a partir de una original visión cosmogónica con un retorcido punto de vista teológico en el que se cruzan multitud de referencias de todo tipo, cultas, populares y castizas. El trabajo de un genio, un loco o las dos cosas.
 
MOONSHINE. Brian Azzarello, Eduardo Risso. Planeta. Combinar gangsters durante la ley seca con hombres lobo en la América profunda suena como una mezcla improbable, pero funciona espléndidamente. Están todos los tópicos del género: la mujer fatal, el antihéroe duro, el villano despiadado; pero todos ellos retorcidos, pervertidos, siempre con la sorpresa a la vuelta de la página. De fondo, un plantel de personajes reales de la época: Lucky Luciano, Joe Masseria, Salvatore Maranzano, Eliot Ness. Azzarello y Risso saben hacer encajar todo ello a la perfección en su trama. Un tebeo cocido a fuego lento, soberbio, sucio hasta la repugnancia, cuyas páginas no desmerecen al lado de la maravillosa 100 Balas, fruto también del mismo tándem.
 
CASANOVA, VOLUMEN 3: AVARITIA. Matt Fraction, Gabriel Bá, Fábio Moon. Norma. Un locurón multiversal que tiene que cogerte de humor y al que has de estar dispuesto a entrar. Las referencias pop son muy divertidas hasta que te cansas de pelear con el traductor por descifrarlas. El dibujo es una maravilla; los extras, un puto coñazo.
 
EL DEPARTAMENTO DE LA VERDAD, VOLUMEN 5: QUÉ PUEDE HACER TU PAÍS POR TI. James Tynion IV, Martin Simmonds et al. Norma. Un tebeo de tesis, denso como la madre que lo parió, con una visión política del mundo acerca de lo bueno y lo malo, sobre eso tan en boga ahora como son los gobiernos intentando controlar lo que los cursis denominan "el relato". Un reflejo de la guerra fría como pugna por imponer una mentalidad, una definición de la verdad que permita poseer la realidad. Y no lo sé, no sé si lo que Tynion quiere contarnos no es más que el fruto de una obsesión por la situación de su país o un número de circo que no va más allá de la paja mental. O igual soy yo, que tengo un mal día y me siento como un figurante en el cuento de el traje nuevo del rey.